LA NECESIDAD DE INCORPORAR LA PREVENCIÓN POST EXPOSICIÓN (PEP) EN CHILE

La Prevención Post Exposición (PEP) es una estrategia clave en la prevención del VIH, especialmente en poblaciones vulnerables como los hombres que tienen sexo con hombres (HSH) y hombres homobisexuales. A pesar de los avances en la implementación de la profilaxis preexposición (PrEP) en Chile, la disponibilidad y el acceso a la PEP sigue siendo limitado.

El VIH sigue siendo un problema de salud pública en Chile, especialmente en poblaciones clave como los hombres homobisexuales y HSH, quienes representan una alta proporción de las nuevas infecciones. En los últimos años, la implementación de la PrEP ha sido un avance importante en la prevención del VIH. Sin embargo, la PEP, que puede ser igualmente crucial en la prevención de infecciones post exposición, aún no ha sido integrada de manera consistente en el sistema de salud pública chileno.

La PEP es un tratamiento antirretroviral de emergencia que, si se administra dentro de las 72 horas posteriores a la exposición al VIH, puede reducir significativamente el riesgo de infección. Su implementación es especialmente relevante en contextos de exposición accidental o no planificada, como rupturas de condones, agresiones sexuales o prácticas sexuales de riesgo no previstas. A nivel global, la PEP ha sido reconocida por organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una intervención crítica en la lucha contra el VIH, pero en Chile, su accesibilidad y conocimiento por parte de la población y los profesionales de salud aún es insuficiente.

Los hombres homobisexuales y HSH en Chile constituyen uno de los grupos más afectados por el VIH. Según el Ministerio de Salud de Chile, esta población concentra el 70% de los casos diagnosticados de VIH en el país. Factores como el estigma, la discriminación, y las barreras al acceso a servicios de salud sexual adecuados agravan la vulnerabilidad de este grupo, lo que subraya la importancia de una respuesta integral en prevención, diagnóstico y tratamiento.

A pesar de los esfuerzos para aumentar el acceso a la PrEP, muchos hombres homobisexuales y HSH aún enfrentan barreras significativas para protegerse contra el VIH, especialmente en situaciones de exposición no planificada. En este contexto, la PEP se convierte en una herramienta esencial para la prevención del VIH, proporcionando una opción adicional cuando otras medidas preventivas, como el uso de condones o la PrEP, no han sido suficientes o no estaban disponibles.

La efectividad de la PEP en la prevención del VIH ha sido ampliamente documentada. Diversos estudios han demostrado que, cuando se inicia dentro de las 72 horas posteriores a la exposición y se completa el tratamiento de 28 días, la PEP puede reducir significativamente el riesgo de infección. Un estudio del Journal of the International AIDS Society estimó que la PEP tiene una efectividad superior al 80% cuando se administra correctamente, lo que la convierte en una intervención altamente eficaz para prevenir la transmisión del VIH en situaciones de alto riesgo.

En países como Estados Unidos, Canadá y varios países europeos, la PEP ha sido implementada con éxito como parte de las estrategias nacionales de prevención del VIH. Además, se ha observado que la disponibilidad de la PEP no solo previene infecciones, sino que también genera una mayor concienciación sobre la salud sexual y promueve comportamientos preventivos en la población.

A pesar de los beneficios comprobados de la PEP, su implementación en Chile enfrenta varios desafíos. Entre las principales barreras se encuentran la falta de conocimiento sobre la PEP tanto en la población general como entre los profesionales de la salud. Muchos médicos y otros profesionales del sistema de salud no están familiarizados con el protocolo para administrar PEP, lo que genera confusión y demora en su prescripción.

Otro obstáculo es la falta de un acceso estructurado a la PEP en los servicios de urgencia y atención primaria. En Chile, la PEP solo está disponible en un número limitado de clínicas, lo que limita el acceso para aquellos que más lo necesitan, especialmente fuera de las grandes ciudades. Para que la PEP sea efectiva, es crucial que esté disponible de manera rápida y accesible en cualquier punto de atención sanitaria.

El estigma asociado con las prácticas sexuales de hombres homobisexuales y HSH también constituye una barrera significativa para el acceso a la PEP. El temor a la discriminación en los servicios de salud puede disuadir a muchos hombres de buscar tratamiento post exposición, perpetuando así la vulnerabilidad de esta población frente al VIH.

La incorporación de la PEP en Chile es una necesidad urgente para mejorar la prevención del VIH, especialmente en la población de hombres homobisexuales y HSH, quienes enfrentan un riesgo desproporcionado de infección. La PEP ofrece una oportunidad única para intervenir en situaciones de exposición de alto riesgo y debe ser vista como una herramienta complementaria en las estrategias de prevención existentes. Su implementación efectiva requiere esfuerzos conjuntos entre el gobierno, los profesionales de la salud y las organizaciones comunitarias para asegurar que esta intervención esté disponible, accesible y libre de estigma para quienes más lo necesitan.

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