En las últimas décadas, se han logrado enormes avances en los tratamientos del VIH, o virus de la inmunodeficiencia humana.
En primer lugar, ya no se considera una condena de muerte. Aunque todavía no existe una cura, muchas personas que contraen VIH viven con plenitud gracias a los medicamentos que pueden controlar el nivel de virus en el organismo. Además, hay medicamentos que pueden ayudar a reducir el riesgo de infección en primer lugar.
Sin embargo, hay un aspecto en el que los avances han sido más lentos: la búsqueda de una vacuna que ayude a prevenir mejor la infección por VIH y el SIDA.
Situación actual de la investigación sobre la vacuna contra el VIH
Hasta hace poco, las investigaciones más prometedoras consistían en determinar si la inyección de anticuerpos ampliamente neutralizantes a personas saludables podía protegerlas contra el VIH. Los científicos produjeron masivamente un anticuerpo conocido como “anticuerpo VRC01” que se descubrió en la sangre de un paciente que vivía con VIH.
Las investigaciones iniciales sugirieron que podría tener una eficacia de hasta el 75% en la prevención del contagio del VIH. Sin embargo, un estudio que se realizó en el 2021 (en inglés), en el que se hizo un seguimiento de más de 4,000 personas en situación de riesgo durante 20 meses, reveló que este anticuerpo solo podía bloquear alrededor del 30% de las cepas de VIH que circulaban en una comunidad.
De todos modos, “nos dio libertad para investigar otras formas de crear anticuerpos, como por ejemplo combinarlos para producir un compuesto que bloquee el VIH en diferentes puntos”, explica Stephaun Wallace, científico de la División de Vacunas y Enfermedades Infecciosas del Fred Hutch Cancer Center de Seattle y profesor clínico adjunto de University of Washington.
A pesar de todos estos inconvenientes, la investigación de la vacuna contra el VIH sigue avanzando. Estos son algunos de los estudios clínicos más prometedores que se realizaron en seres humanos:
HVTN 301. Este estudio, dirigido por la red HIV Vaccine Trials Network del Fred Hutch Cancer Center, utiliza una pequeña proteína (o inmunógeno) para determinar si puede producir anticuerpos ampliamente neutralizantes que protejan contra el VIH. Se espera que el inmunógeno pueda estimular la producción de un determinado tipo de células del sistema inmunitario —conocidas como células B— para que puedan crear los anticuerpos por sí mismas.
HVTN 302. Este estudio, financiado por los Institutos Nacionales de Salud, evalúa tres vacunas experimentales contra el VIH basadas en la plataforma ARNm. Cada una de las vacunas, creadas por la empresa farmacéutica Moderna, contiene una proteína de la espícula diferente que se encuentra en la superficie del virus del VIH y que le permite introducirse en las células humanas. (Ninguna de estas vacunas puede causar en realidad la infección por el VIH). “Lo sorprendente de la tecnología ARNm es que permite que el organismo produzca niveles mucho más altos de proteínas y así poder estimular una respuesta inmunitaria más intensa”, indica Gandhi.
IAVI G002. Este es un ensayo clínico patrocinado por la Iniciativa Internacional de Vacunas contra el SIDA, en el que se evalúa la inocuidad y la respuesta inmunitaria de dos vacunas ARNm en 56 adultos saludables. Una investigación anterior determinó que en el 97% de los pacientes que participaron, una de las vacunas fue capaz de estimular la producción de ciertas células inmunitarias especiales que son necesarias para crear anticuerpos contra el virus del VIH.
Además, los investigadores están estudiando la aplicación de algunas de estas posibles vacunas contra el VIH como método de tratamiento. “Ahora hay un gran interés por curar la infección por el VIH, ya que a muchas personas les resulta difícil iniciar el tratamiento [antirretrovírico] y continuarlo durante varias décadas”, explica Deeks. “Se espera que estas vacunas puedan realmente preparar el sistema inmunitario del paciente para que elimine el virus por sí mismo. Sería maravilloso que algunas de estas vacunas pudieran aplicarse no solo como prevención, sino también como cura”.
Fuente: aarp.com
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