TERCERA PERSONA SE CURA DEL VIH

Ya son tres las personas en el mundo que han vencido al virus del VIH. Tras el Paciente de Berlín, Thimothy Ray Brown, y el Paciente de Londres, Adam Castillejo, la revista Nature Medicine acaba de publicar el tercer caso, similar a los anteriores, de remisión del VIH tras un trasplante de células madre. Se trata del llamado Paciente de Düsseldorf, un hombre de 53 años cuya identidad no ha trascendido: tras sufrir una leucemia, se sometió a un trasplante de médula ósea —donde se encuentran las células madre— de un donante con una mutación que impide al virus penetrar en las células, y lleva ya cuatro años sin tratamiento antirretroviral ni rastro del virus. Javier Martínez-Picado, investigador de IrsiCaixa y colíder del consorcio internacional IciStem, que ha publicado el hallazgo, se muestra siempre cauteloso pero contundente: “Ya no es una anécdota. Son tres. En medicina no hay nada categórico y las sorpresas siempre pueden ocurrir, pero aquí podemos hablar de un caso de curación”.

La infección por VIH es, hoy por hoy, incurable. Se puede controlar y mantener a raya con tratamientos antirretrovirales, pero si se suspende la medicación, el virus vuelve a replicarse en el organismo. Excepto casos muy excepcionales, siempre retorna. El VIH tiene, en palabras de Martínez-Picado, “tres maldiciones”: “Destruye el sistema inmune, se integra en nuestras células y muta muy rápido”, lamenta. Todo ello dificulta enormemente su eliminación porque, o bien fulmina las células inmunes que tienen la función de protegernos de patógenos externos, o bien se agazapa en ellas, en una especie de estado de latencia en los llamados reservorios virales, que impiden que sea destruido. Su gran variabilidad, además, complica la búsqueda de una vacuna efectiva para todas las variantes que circulan.

Por eso, lograr la curación de determinados pacientes supone un gran hito científico en la lucha contra el VIH y abre una ventana de oportunidad hacia nuevas estrategias de investigación para fulminar el virus. “Este artículo tiene tres virtudes: ha curado a una persona, permite mantener la confianza y la ilusión en que podemos curar a pacientes con VIH y permite fijar las bases para hacer esto escalable”, reflexiona Martínez-Picado, que coordina el consorcio IciStem desde IrsiCaixa junto al University Medical Center de Utrecht (Países Bajos).

El Paciente de Berlín alumbró por primera vez, en 2011, una cura real contra el VIH. Diagnosticado de infección por el virus en 1995, Brown sufrió una leucemia 12 años después y fue sometido a un trasplante de células madre peculiar: aparte de ser compatible, el donante tenía una mutación en el gen CCR5, necesario para que el virus penetre en las células. Para sorpresa de todos, el paciente se curó de la enfermedad hematológica y de la infección por VIH porque el virus desapareció de su organismo. Brown falleció en 2020, pero no por el VIH, sino a causa de una leucemia.

Lo que se presumía una anécdota, un caso aislado, se replicó con el Paciente de Londres: en 2019 se publicó en la revista Nature que un hombre con VIH desde 2003 fue diagnosticado de un linfoma de Hodgkin una década después y en 2016 se le sometió a un trasplante de médula de un donante compatible y también con la mutación CCR5Δ32, que impide la entrada del virus en las células. Castillejo lleva cinco años sin tratamiento antirretroviral y libre del virus.

El caso del nuevo Paciente de Düsseldorf es muy similar al de sus predecesores: fue diagnosticado de una infección por VIH en 2008 e inició la terapia antirretroviral; en 2012, sin embargo, sufrió una leucemia mieloide aguda y tuvo que someterse a un trasplante de médula, así que buscaron un donante de células madre compatible y que tuviese también la mutación CCR5Δ32. Unos seis años después del trasplante, cuando tenía la enfermedad hematológica estabilizada, se le retiró el tratamiento antirretroviral y lleva desde entonces (cuatro años) sin rastro del virus.

Fuente: EL PAÍS

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