Hace tiempo, siempre se mencionaban tres vías cuando se hablaba de transmisión del virus de la hepatitis C (VHC): compartir agujas sin esterilizar en el consumo de drogas, de madre a hijo durante el embarazo o el parto y el accidente ocupacional entre el personal sanitario. A estas tres vías de transmisión había que sumar las transfusiones de sangre realizadas antes de 1992, fecha en la que se generalizó la prueba de detección del VHC.
Sin embargo, desde hace unos años se viene constatando que la hepatitis C también se puede transmitir por vía sexual en prácticas no seguras, especialmente cuando en la relación sexual existe sangrado. En particular, diversos estudios han confirmado la transmisión sexual del VHC en hombres con VIH que practican sexo con hombres (HSH), y la han asociado a ciertos factores de riesgo, como las relaciones anales insertivas o receptivas sin uso de preservativo, la práctica del fisting insertivo o receptivo sin guantes de látex y lubricante, el sexo en grupo o el empleo de ciertas drogas (sobre todo, metanfetamina, ketamina, gamma-hidroxibutirato [GHB], éxtasis, etc.).
El riesgo de transmisión del VHC parece aumentar de forma desproporcionada cuando coinciden varios de estos factores
¿Qué es la hepatitis C?
La hepatitis C es una infección del hígado causada por el virus del mismo nombre (VHC). Las siglas VHC pueden referirse al virus o a la infección que causa. La infección por el VHC puede ser una enfermedad aguda (de corta duración) o crónica (de larga duración):
- La enfermedad aguda por el VHC ocurre en los 6 meses siguientes a la exposición de una persona a ese virus. En la mayoría de las personas, la fase aguda se convierte en fase crónica.
- La enfermedad crónica por el VHC puede durar toda la vida. Sin tratamiento, puede causar cáncer o lesión grave del hígado conducente a insuficiencia hepática.
- La infección por el VHC es una infección contagiosa que puede propagarse de una persona a otra.
¿Qué conexión existe entre el VIH y el VHC?
Puesto que tanto el VIH como el VHC se pueden propagar por medio de la sangre, uno de los principales factores de riesgo de infección por ambos virus es el uso de drogas inyectables o las relaciones sexuales sin preservativos. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (Centers for Disease Control and Prevention, CDC), aproximadamente 25% de las personas con el VIH en los Estados Unidos también tienen el VHC. La infección por ambos virus se llama infección simultánea (o coinfección) por el VIH y el VHC.
En las personas con infección simultánea por el VIH y el VHC, el VIH puede hacer que la infección crónica por el VHC progrese más rápido. No está claro si el VHC tiene un efecto igual en la infección por el VIH.
¿Cuáles son los síntomas de la infección por el VHC?
La mayoría de las personas con la infección aguda por el VHC no tienen síntomas. Sin embargo, algunas pueden tener señales de esa infección poco después de contraerla. Los síntomas de infección aguda por el VHC pueden incluir los siguientes: Fiebre, Cansancio, Pérdida del apetito, Náuseas, Vómito, Dolor abdominal, Orina de color oscuro, Heces de color arcilla, Dolor de las articulaciones e Ictericia (amarillamiento de la piel o la parte blanca de los ojos)
La mayoría de las personas con la infección crónica por el VHC no tienen ningún síntoma. A menudo, la infección crónica por ese virus se descubre por medio de los resultados de las pruebas de la función hepática realizadas como parte de la atención regular.
¿Cuál es el tratamiento para la infección por el VHC?
La infección por el VHC se trata con medicamentos antivirales. Muchos de los medicamentos de fabricación más reciente contra ese virus son más eficaces y tienen menos efectos secundarios que los más antiguos. Los medicamentos de fabricación más reciente pueden curar la infección por el VHC en la mayoría de las personas.
Comunicaciones ACCIONGAY