ME ENCADENÉ A LOS TRIBUNALES PARA NO MORIR DE SIDA

Ese fue el diagnóstico que recibió en 1996 Jaime Lorca quien, pese a no tener tratamiento inmediato y condiciones muy adversas, logró sobrevivir para contarlo y trabajar para evitar nuevos casos.

Jaime Lorca tiene 69 años y es un considerando un sobreviviente. Desde hace 23 años que vive con VIH, en una época donde el tratamiento antiretroviral no estaba garantizado, por lo cual fue diagnosticado directamente con Sida. Y no fue solo eso: su acceso a los medicamentos dependía de una tómbola, de que corriera una lista, de que otros murieran como consecuencia del Sida en Chile, una situación que comenzó en 1984 con Edmundo, un profesor de 38 años que falleció en el hospital de la UC.

Su diagnóstico fue “SIDA». «En esa época no teníamos VIH”, recuerda Jaime. Esto pasaba porque las personas consultaban cuando se sentían enfermas, momento en que se les detectaban las bajas defensas como consecuencia del avance del virus. Jaime tenía 46 años cuando recibió el diagnóstico que le cambió la vida.

Tal como Lucas Núñez, tras mucho buscar y pasar por un proceso de aceptar lo que estaba viviendo, buscó ayuda. En su caso, llegó al denominado “Grupo de los Jueves”, que actualmente es Gay Positivos, dependiente de Acción Gay. “Llegué pidiendo ayuda en noviembre de 1996, después de haber sido notificado en el mes de agosto de vivir con VIH. El taller sigue subsistiendo, más ordenado, con una estructura pedagógica de muy buena calidad, para fortalecer a las personas que viven con VIH desde la perspectiva de cómo podemos vivir mejor hoy y que nuestra calidad de vida no se deteriore emocionalmente”, cuenta.

Además, agrega que “estuve en ese taller hasta el 99. El 98 me hice voluntario de la organización y desde el mismo año formó parte del directorio de ACCIONGAY. Estoy encargado del programa de toma de muestras de VIH en Santiago y ha sido toda una experiencia esta nueva vida, porque es una vida distinta a partir del año 96. Mi vida cambió radicalmente, no soy el mismo de hace 25 años atrás”.

A partir de ahora, dejamos el testimonio de Jaime Lorca tal como él lo relata, desde que fue diagnosticado con «Sida» hasta el día de hoy.

“Me voy a morir mañana”

No me consideraba en el grupo de riesgo y nunca imaginé que tenía VIH. Fue eventual, fui (al médico) porque me apareció una trasmisión sexual, había que hacer una curación y el médico que me trató me dijo que me tenía que hacer la curación un profesional de la salud. Tenía una amiga enfermera en el Hospital Salvador, hablé con ella y ella me derivó a ETS (Enfermedades de Transmisión Sexual).

Antes de hacerme las curaciones, me dictaron una serie de exámenes, me tomaron las muestras de sangre. Eso debe haber sido en los últimos días de julio del año 96 y a la semana siguiente fui y estaban todos los resultados, estaba todo bien, pero había un examen que no llegaba; yo no sabía cuál era, y entre idas y venidas a buscar los resultados de lo que no sabía que era, vi los papeles que tenía la enfermera sobre su escritorio, y habían dos cosas que me llamaron la atención, que ella marcó con un lápiz grafito una hoja, y se paró a hacer algo. Fui a ver lo que había marcado. Decía test Elisa ISP. No conocía ninguna de las dos siglas. Le pregunté qué significaba aquello.

– “Significa que tienes Sida”

– Sida, así, no VIH. Sida, en esa época no teníamos VIH. 

Fue como un par de baldes de agua fría y caliente a la vez, quedé sin habla, en la negación absoluta. Pasó el mes de julio y no pasaba nada, y con mi pareja de ese momento decidimos que nos haríamos los test en un lugar particular. Fuimos a un laboratorio en Bustamante, nos tomamos la muestra y claro, ellos la tomaron, la mandaron y apareció altiro el resultado final. El día 8 de agosto me notificaron que tendría que vivir con VIH. Fue horrible.

Hasta ese momento yo pensaba que había una equivocación, como me iba a tocar a mi, un niño tan ordenado, un señor tan respetable como yo, a mi no me podía pasar. Y pasaba.

El momento fue tremendo. Estaba en una sala de espera llena de sillitas con gente sentada, me pasan el sobre, me voy, lo abro y me devuelvo, y digo “no entiendo, qué significa esto”. Y la chica de la ventanilla, como si nada dice “significa que tienes Sida, ese papel confirma que estás con Sida”, y esa sala que era como una colmena se quedó en un silencio absoluto. Porque fue a viva voz.

Yo parado en la ventanilla, solo, fue tremendo, se me desmoronó el mundo. Todo se destruyó a mi alrededor, y como a tientas busqué el pasillo de salida y empecé a salir. En un pasillo que mediría 6 a 8 metros de largo, me debo haber demorado una hora en salir. Porque mi cuerpo no respondía, no sabía qué hacer.

Me perdí, salí a la calle, llamé a mi pareja, le conté lo que pasaba y me dijo que nos juntáramos en la estación Salvador del Metro. No sé cuánto me habré demorado en llegar, pero llegó primero que yo. Cuando yo llegué no lo vi, y como un autómata bajé la escala, llegué abajo y cuando él vio que bajé y no lo vi, saltó por el torniquete porque pensó que iba a hacer algo. Fue terrible ese momento.

Él me tranquilizó, salimos del Metro y nos fuimos a caminar. Y tomar decisiones de qué íbamos a hacer, porque me pensaba que me iba a morir mañana.

Para ver la entrevista completa revisar el siguiente link:

https://www.t13.cl/noticia/nacional/jaime-lorca-vih-sida-encadene-tribunales